Conocí a Ricardo Maio en un curso de 3D Studio Max que tuve el honor de compartir con él en Barcelona a finales de 2010, y debo reconocer que desde la finalización del mismo no he vuelto a verle nunca. Por aquel entonces no sabía mucho de él, aparte de que se dedicaba a la fotografía y era un tipo agradable, pero tuve el acierto de agregarle al Facebook.
Es cierto que hasta poco antes de plantearme escribir este pequeño artículo no había vuelto a hablar con él, sin embargo (hay que ver cómo son las cosas en la era de la comunicación 2.0…) a día de hoy puedo decir que es una de las personas que más han influenciado en el despertar de mi interés por la fotografía.
Desde mucho antes de apuntarme a ningún curso, incluso antes de pensar en conseguir una cámara mínimamente decente, me deleitaba regularmente con los álbumes de fotos que mi peculiar amigo iba actualizando con cierta frecuencia. Sé que sonará raro, pero desde la distancia y el anonimato he sido testigo, sin haberlo yo buscado, del nacimiento de su hija Maier (por cierto, una auténtica monada), acompañándoles silenciosamente en los momentos más especiales de su infancia, capturados por las fabulosas instantáneas de Ricardo.
Ricardo Maio nació en Salvador-Bahia (Brasil) en 1972. A los 19 años tuvo su primer contacto con la fotografía a través de Econews Agency, fundada por los fotógrafos Peter Feibert, Walter Firmo, Luiz Garrido y Ana Lontra Jobim. Recuerda que su primera lección de fotografía fue observar a Walter Firmo fotografíando el Corcovado desde la venta de la agencia, en Rio de Janeiro.
Graduado en cine por la Universidad Estácio de Sá y post-graduado en fotografía por la Candido Mendes University, ha trabajado en el Archivo Nacional y en el Museo de Arte Moderno en Río de Janeiro, catalogando y censando películas. Como fotógrafo freelance, ha trabajado para periódicos y revistas, así como catálogos para compañías, eventos y publicidad. Más allá de encargos concretos, en muchas de sus fotografías podemos apreciar el amor por su tierra, logrando que casi se haga perceptible el olor a sal.